miércoles, 10 de diciembre de 2008

Mi confrontacion con la docencia

Inicie mi contacto con la docencia durante el cumplimiento de mi servicio social en la ciudad de Querétaro, cuando estudiaba la carrera de Ingeniería en sistemas computacionales, dando asesoría a personas que cursaban la secundaria abierta en un centro del IMSS. La experiencia fue muy gratificante por tratarse de personas adultas comprometidas con el objetivo que estaban buscando.
Posteriormente durante el noveno y último semestre de mi carrera, el encargado de prácticas profesionales del Instituto Tecnológico de Querétaro, me ofreció dar clases unas horas en el plantel del Conalep Querétaro opción que acepte y que me permitió trabajar con jóvenes de la especialidad de informática durante un semestre, al término del cual tuve que dejar las clases debido a que me traslade a trabajar en la ciudad de Irapuato.
Durante casi 2 años me desempeñe en mi profesión de ingeniero en sistemas computacionales, primero desarrollando sistemas de información para un negocio de Irapuato y posteriormente trabajando para otro negocio encargado de proporcionar capacitación en el área de paquetería de software a empresas e industrias de Salamanca, cuando de buenas a primeras me encontré sin empleo de planta a tres meses del nacimiento de mi primer hijo.
Empecé a realizar asesorías y servicios en el área de cómputo en forma independiente, pero como iniciaba tenia clientes esporádicamente, al encontrarme con un compañero de Querétaro me contacto con la directora de una preparatoria privada incorporada a la DGETI, la cual me ofreció una materia en el bachillerato de programación. En la misma escuela tienen Licenciaturas por lo cual presenten una solicitud y en la carrera de contabilidad me ofrecieron 2 materias de informática para el turno vespertino. Así retome nuevamente la relación con la docencia trabajando con jóvenes de nivel medio superior y jóvenes universitarios.
Continué con el trabajo de asesoría en informática y las clases en ambos niveles, cuando un amigo me invito a impartir clases en el Conalep Irapuato en marzo de 1992, esta experiencia me permitió estar en contacto con jóvenes de diferente nivel socioeconómico, ya que en esa época una buena parte de los alumnos del Conalep eran de un nivel socioeconómico medio bajo y la experiencia con los jóvenes de la escuela particular los cuales eran de un nivel económico más alto. Sin embargo lo que siempre constate fue que no era tan importante el aspecto económico sino la motivación que tenían los jóvenes en una u otra escuela.
En febrero de 1993 un antiguo profesor de mi bachillerato me comento que en el Cbtis 65 donde trabajaba requerían docentes para la especialidad de programación y así tuve la oportunidad de ingresar al sistema, con una clave limitada de 16 horas del nivel más bajo del escalafón, en ese mismo año recibí una clave en propiedad de 19 horas,la cual 5 años después cambie por una clave de 30 horas y me vi obligado a dejar las clases de otras instancias como el Conalep. Este año cumplí 15 años laborando en el Cbtis 65 en el nivel medio superior y cambie a una clave de tiempo completo la cual por cierto todavía no se refleja en la nomina después de 5 meses de estar ya cubriendo los grupos respectivos.
El laborar en este nivel me ha proporcionado muy agradables experiencias con los jóvenes, he sido asesor de algunos de ellos que han participado en eventos locales, estatales y nacionales.
El laborar como docente en este nivel me permite desarrollar mi profesión ya que imparto materias de la especialidad de informática, por lo que requiero estar actualizado en mi área.
Pero lo que considero ni principal satisfacción es el poder influir positivamente en los jóvenes para que alcancen sus metas.
En el aspecto negativo me ha tocado conocer de algunas incongruencias de nuestro sistema como algunos cambios que se han realizado sin tomar en cuenta a los maestros que estamos frente a grupo, también algunos casos de maestros que abusan de su posición cobrando por fuera cursos inexistentes o pidiendo favores para aprobar a los alumnos. También ha sido una insatisfacción el ver como en las últimas generaciones los jóvenes vienen con una idea del mínimo esfuerzo acostumbrados a pasar sin esforzarse.
Como docente de este nivel me siento orgulloso de la función que desempeño, pero creo que en cierta forma es un nivel en el cual no se ha valorado del todo la función del docente, ya que las autoridades se han concentrado en el nivel básico.

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